TEXTO DIARIO, De hoy Lunes 10 de mayo del 2021
Examinemos las Escrituras todos los días 2021
Lunes 10 de mayo del 2021
Cuidado: quizás haya alguien que se los lleve como presa suya mediante la filosofía y el vano engaño según la tradición de los hombres (Col. 2:8).
Satanás quiere que le demos la espalda a Jehová. Para lograrlo, trata de influir en nuestra manera de pensar. En realidad, intenta controlar nuestra mente para que pensemos como él quiere. Utiliza nuestros deseos a fin de engañarnos y convencernos de que lo sigamos a él (Col. 2:4). ¿De verdad es grave el peligro de que Satanás nos engañe? Por supuesto que sí. Recordemos que Pablo no escribió la advertencia de Colosenses 2:8 a quienes no eran cristianos, sino a cristianos ungidos con espíritu santo (Col. 1:2, 5). Ellos estaban en peligro entonces, y nosotros lo estamos aún más hoy día (1 Cor. 10:12). ¿Por qué? Porque Satanás fue arrojado a la Tierra y su objetivo es extraviar a los siervos leales de Dios (Rev. 12:9, 12, 17). Además, vivimos en un tiempo en el que los hombres malvados e impostores van “de mal en peor” (2 Tim. 3:1, 13). w19.06 2 párrs. 1, 2.
SATANÁS LOS TENTÓ A COMETER IDOLATRÍA
Según Deuteronomio 11:10-15, ¿qué cambios en el modo de cultivar la tierra tuvieron que hacer los israelitas cuando se establecieron en la Tierra Prometida?
Con astucia, Satanás tentó a los israelitas a cometer idolatría. Para ello, se valió de la necesidad que tenían de conseguir alimento. Cuando entraron en la Tierra Prometida, tuvieron que aprender una nueva manera de cultivar la tierra. En Egipto, regaban los campos con el agua que sacaban del río Nilo. Pero en la Tierra Prometida no había un río caudaloso del que sacar el agua de riego, sino que se utilizaba el rocío y el agua que caía en la época de lluvias (lea Deuteronomio 11:10-15; Is. 18:4, 5). Por lo tanto, los israelitas debían aprender nuevos métodos de cultivo. Y no iba a ser fácil, pues la mayoría de los que tenían experiencia en las labores agrícolas habían muerto en el desierto.
Jehová les señaló que las circunstancias habían cambiado. Luego les dio una advertencia que a primera vista puede parecer que no tenía relación con la agricultura. Dijo: “Cuídense por temor de que su corazón sea atraído seductoramente, y de veras se desvíen y adoren a otros dioses y se inclinen ante ellos” (Deut. 11:16, 17).
Jehová sabía que los israelitas se sentirían tentados a aprender de los pueblos paganos vecinos algunas técnicas para cultivar la tierra. Es verdad que los cananeos tenían mucha más experiencia que los siervos de Dios y que estos podrían aprender de ellos. Pero había un peligro. Las ideas de los cananeos estaban influidas por su creencia en Baal, a quien consideraban el dueño del cielo, quien les daba las lluvias. Jehová no quería que esas creencias falsas engañaran a los israelitas. Sin embargo, una y otra vez ellos decidieron adorar a Baal (Núm. 25:3, 5; Juec. 2:13; 1 Rey. 18:18).
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