Seamos Mejores Maestros, 18-24 Enero 2021, Discurso 5 minutos, Asignación Preparada.
Discurso (5 mins.): w07 15/7 26. Título: ¿Quién cosechaba los primeros frutos de la cebada que se llevaban al santuario? (th lec. 13).
Según la ley Mosaica, específicamente Deuteronomio 16:16 mandaba al pueblo israelita a celebrar tres fiestas importantes, una de ellas era “La fiesta de las tortas no fermentadas”, esta comenzaba Un día después de la Pascua del 14 de Nisán dura 7 días. Dos días después de que comenzaba la fiesta, marcaba el inicio de la primera celebración del año, según el calendario judío.
Ese día el 16 de Nisán, Sumo sacerdote tenía que tomar “una gavilla de las primicias”, de la cosecha de cebada y mecer la de acá para allá delante de Jehová en el santuario notemos queridos hermanos lo que menciona Levítico 23:9-12 Si lo encontró acompáñame por favor con la lectura dice así: Jehová siguió diciéndole a Moisés: “Habla con los israelitas y diles: ‘Cuando por fin entren en la tierra que yo les voy a dar y hayan recogido su cosecha, tienen que llevarle una gavilla* de las primicias de su cosecha al sacerdote. Y él mecerá la gavilla de acá para allá ante Jehová para que sean aprobados. El sacerdote debe mecerla el día después del sábado. El día en que se meza la gavilla, ustedes tienen que ofrecer un carnero joven, sano y en su primer año como ofrenda quemada para Jehová.
Entonces, si la cosecha comenzaba oficialmente 2 días antes del inicio de la fiesta y lógicamente los varones israelitas estaban celebrando las fiestas de las tortas no fermentadas, entonces ¿quién cosechaban las primicias de las cebadas que se llevaban al santuario y los varones estaban en la fiesta, si los varones estaban en la fiesta?.
La respuesta es que el mandato de ofrecer a Jehová la Primicia de la cosecha durante la fiesta de las tortas no fermentadas se dio a la nación en conjunto, Y aunque aplicaba a todos los Israelitas, no era necesario que todos fueran y cosecharán y llevarán las primicias al Santuario.
De hecho, una enciclopedia dice que para las fiestas, la cebada podía ser cosechada por “tres hombres” en representación del pueblo, y la llevaban al sumo sacerdote para presentarlas delante de Jehová.
Hermanos, ¿Qué podemos aprender y por qué debemos apreciar este mandato de Jehová?. Aunque no todos los Israelitas hacían la cosecha de las primicias, su participación en la fiesta les demostraba una magnífica oportunidad de expresar su gratitud a Jehová, por la forma en que bendecía sus tierras y cosechas.
De igual manera hoy en día, Nosotros también podemos demostrar nuestra gratitud a Jehová de muchas maneras y por muchas razones, la más importante es que nos ha escogido para ser parte de su pueblo, nos alimenta espiritualmente y nos hace diferentes a la gente del mundo, disfrutando de esa manera de un paraíso espiritual sin precedentes, y con una esperanza segura de una vida mejor y para siempre en un paraíso terrestre.
Resulta interesante que Jesucristo resucitará un 16 de nisán, día en que se ofrecía Jehová las primicias de La cosecha. Notemos queridos hermanos lo que Pablo dice sobre este hecho, en primera de Corintios 15:20-23, lo encontró dice así: Pero Cristo fue levantado de entre los muertos como primicias* de los que se han dormido en la muerte. Como la muerte vino mediante un hombre, la resurrección de los muertos también viene mediante un hombre. Porque, así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos recibirán vida. Pero cada uno en su debido orden: Cristo como primicias, y después los que le pertenecen al Cristo durante su presencia.
Según muestra el apóstol Pablo, la gavilla de las primicias que el sumo sacerdote mecía de acá para allá delante de Jehová, prefiguraba a Jesucristo resucitado, Pues él fue el primero en ser levantado de entre los muertos a fin de vivir eternamente.
De este modo, Jesús abrió el camino para liberar a la humanidad del pecado y la muerte. El saber esto, nos motiva a ser agradecidos siempre a nuestro Dios Jehová y a su hijo Jesucristo. y la mejor manera de mostrarlo, es siendo obediente siempre, sujetando nos a los arreglos de la organización, siempre activos, y reuniéndonos con nuestros hermanos, fortaleciéndonos unos a otros. Mientras esperamos pacientemente el cumplimiento de todas las promesas divinas, a saber: la vindicación de la soberanía de Dios y las promesas de vida eterna.