Examinando las Escrituras diariamente 2020
Sábado 24 de octubre del 2020
Cuídense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes (Mar. 8:15).
Jesús les advirtió con firmeza a sus discípulos que no se contaminaran con “la levadura” de los fariseos, saduceos y los partidarios de Herodes, es decir, sus enseñanzas (Mat. 16:6, 12). Es digno de destacar que esta conversación tuvo lugar poco después de que los galileos quisieron hacer rey a Jesús. Cuando la religión se mezcla en la política, es fácil que estalle la violencia. Jesús les enseñó a sus discípulos que, en esas circunstancias, era imprescindible que se mantuvieran neutrales. Por eso, los sacerdotes principales y los fariseos tramaron asesinar a Jesús. Lo consideraban un rival político y religioso, una amenaza para su posición. Decían: “Si lo dejamos así, todos pondrán fe en él, y los romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar así como nuestra nación” (Juan 11:48). Por eso, el sumo sacerdote Caifás encabezó el complot para acabar con la vida de Jesús (Juan 11:49-53; 18:14). w18.06 6, 7 párrs. 12, 13.
¿Cómo ha ayudado la Palabra de Dios a los cristianos a evitar los conflictos? y ¿Qué contraste observa Jehová hoy día?
Esa misma lección aprendieron unos hermanos y cambiaron, porque deseaban ser como Cristo. Una hermana del sur de Europa explica: “He visto que la violencia no trae justicia. Los que recurren a ella a menudo mueren y muchos otros acaban amargados. Aprender en la Biblia que solo Dios puede traer justicia verdadera a la Tierra me hizo muy feliz. Este es el mensaje que he predicado durante los últimos veinticinco años”. El hermano del sur de África ha sustituido la lanza por “la espada del espíritu”, es decir, la Palabra de Dios (Efes. 6:17). Ahora les predica un mensaje de paz a todas las personas, no importa de qué tribu sean. En cuanto a la hermana de Europa central, después de hacerse Testigo se casó con un hermano de un grupo étnico que antes odiaba.
¡Y qué importante es hacer estos cambios! La Biblia compara a la gente de este mundo con un mar revuelto, que nunca está en calma (Is. 17:12; 57:20, 21; Rev. 13:1). Las personas permiten que las cuestiones políticas causen división, enfrentamientos y violencia sin sentido. En cambio, nosotros mantenemos la paz y la unidad. Sin duda, a Jehová le alegra ver el contraste que existe entre la división de este mundo y la unidad de su pueblo (lea Sofonías 3:17).
¿De qué tres maneras podemos fomentar la unidad?.
Hemos visto tres maneras de fomentar la unidad cristiana. Primero, confiando en que el Reino celestial de Dios corregirá las injusticias. Segundo, no tomando partido en cuestiones políticas. Y, tercero, rechazando la violencia. Sin embargo, los prejuicios pueden a veces poner en peligro nuestra unidad.
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