TEXTO DIARIO, De hoy Viernes 1 de enero 2021
Examinando las Escrituras diariamente 2021
Viernes 1 de enero 2021
Vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones (Mat. 28:19).
Todos los siervos fieles de Dios deseamos aprender a cumplir plenamente con la obra que se nos ha encomendado (2 Tim. 4:5). Al fin y al cabo, es la más importante y urgente que existe. No obstante, puede resultarnos difícil dedicarle tanto tiempo como nos gustaría. Otras actividades importantes nos consumen mucho tiempo y energías. Tal vez tengamos que trabajar muchas horas al día para mantener a nuestra familia. O puede que tengamos que lidiar con otras responsabilidades familiares o con la enfermedad, la depresión o los achaques de la edad. No debemos desanimarnos si nuestras circunstancias limitan la cantidad de tiempo que dedicamos al servicio a Jehová. Jesús sabía que no todos seríamos capaces de producir la misma cantidad de fruto del Reino (Mat. 13:23). Jehová valora muchísimo todo lo que hacemos en su servicio, siempre y cuando sea lo mejor (Heb. 6:10-12). w19.04 2 párrs. 1-3.
¿Qué nos indican las palabras de Jesús que se encuentran en Mateo 13:23?
No debemos desanimarnos si nuestras circunstancias limitan la cantidad de tiempo que dedicamos al servicio a Jehová. Jesús sabía que no todos seríamos capaces de producir la misma cantidad de fruto del Reino (lea Mateo 13:23). Jehová valora muchísimo todo lo que hacemos en su servicio, siempre y cuando sea lo mejor (Heb. 6:10-12). Por otra parte, quizás pensemos que nuestras circunstancias nos permitirían dar más. En este artículo, veremos qué podemos hacer para que el ministerio sea lo primero en nuestra vida, para llevar una vida sencilla y para mejorar en la predicación y la enseñanza. Pero antes de eso veamos lo que significa que cumplamos plenamente con nuestro ministerio.
¿Qué significa cumplir plenamente con nuestro ministerio?
En pocas palabras, cumplir plenamente con nuestro ministerio significa participar todo lo posible en la predicación y la enseñanza. Pero a Jehová no le interesa solo cuánto tiempo dedicamos a su servicio, sino por qué lo hacemos. Si lo que nos motiva es el amor que sentimos por él y por el prójimo, trabajaremos con toda el alma en el ministerio cristiano* (Mar. 12:30, 31; Col. 3:23). Esto implica emplear al máximo nuestras fuerzas y energías. Si consideramos que la predicación es un honor, trataremos de llevar las buenas noticias al mayor número posible de personas.
Explique con un ejemplo cómo puede una persona hacer que el ministerio sea lo primero en su vida aunque no tenga mucho tiempo disponible.
Imaginemos a un joven al que le encanta tocar la guitarra, y lo hace siempre que puede. Con el tiempo, lo contratan para tocar en un café los fines de semana. Pero, como el sueldo no le alcanza para vivir, también trabaja de cajero en una tienda de comestibles de lunes a viernes. Es verdad que pasa la mayor parte del tiempo en la tienda, pero lo que de verdad ama es la música. Desea tocar la guitarra cada vez mejor y dedicarse a ello por completo. Mientras tanto, aprovecha cualquier oportunidad, por breve que sea, para tocar.
De modo parecido, quizás nosotros no podamos dedicarle a la predicación todo el tiempo que nos gustaría. Sin embargo, eso es lo que de verdad amamos. Nos esforzamos por llegar cada vez mejor al corazón de la gente con el mensaje del Reino. Pero, como tenemos tantas ocupaciones, puede que nos preguntemos cómo poner el ministerio en primer lugar.
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