BUSQUEMOS PERLAS ESCONDIDAS: 31 de mayo al 06 de junio del 2021, Deuteronomio 1 al 2, Respuestas.

Busquemos perlas escondidas (10 mins.)

Dt 1:19; 2:7. ¿Cómo cuidó Jehová a su pueblo durante los 40 años que viajaron por el “desierto grande y aterrador”? (w13 15/9 9 párr. 9).

Demostrándoles en repetidas ocasiones que podían confiar en él y en sus instrucciones. Y esto lo hizo mediante una columna de nube de día y una de fuego por las noches en manera de recordatorio de que los estaba apoyando y guiando a través de aquella tierra inhóspita, además de que suplió todas sus necesidades básicas. 

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Es probable que esta nube fuera visible desde cualquier parte del campamento. Toda la casa de Israel veía que la nube de Jehová estaba sobre el tabernáculo de día se preparaba para levantar el campamento, y por las noches la columna de fuego les permitía ver por dónde debían dirigirse. 

A pesar de que Jehová no les dijo con detalle cómo los iba a dirigir, proteger y cuidar, no los descuidó en ningún solo momento puesto que nunca les faltó agua o comida, “su ropa no se desgastó y sus pies incluso no se hincharon.” (Neh. 9:19-21.)

Jehová aunque no les dijo específicamente cómo los iba a dirigir, proteger y cuidar. Siempre tuvieron todo lo que necesitaban, en alimento y vestimenta. No les faltó nada. Jehová les había demostrado repetidamente que podían confiar en él y sus instrucciones así lo demostraban. La nube de Dios siempre estuvo con ellos, protegiéndolos y guiándolos.

Es un desierto que causa temor para cualquier persona, y ellos estuvieron viviendo en él durante 40 años. Y como se dice en Nehemías, ningún pie de nadie se hinchó cuando confiaron en Jehová. Puede que directamente no les dijo cómo los iba a dirigir, proteger o cuidar, pero no había ninguna duda de que no lo haría, como tantas veces les demostró.

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Cuando se trasladaba el pueblo la seguía hasta el próximo campamento y es probable que la ubicación exacta se escogía en un lugar donde tuvieran agua y otros factores necesarios para un campamento de esa proporción.

¿Qué perlas espirituales ha encontrado sobre Jehová, el ministerio y otros temas en la lectura bíblica de esta semana?

Deuteronomio 1:16, 17 se habla sobre los criterios de justicia divinos, los cuales hoy en día son los mismos que en el pasado. Esto sirve de guía para los hermanos que se les confía la responsabilidad de participar en un comité judicial. No deben permitir que el favoritismo ni el temor al hombre influyan en sus decisiones, sino que más bien siempre deben ser tomadas de una manera parcial y guiarse por lo que Jehová instruye.

Deuteronomio 1:3 encontramos la expresión “Moisés les dijo a los israelitas todo lo que Jehová le había mandado decirles”. A pesar de ya llevar varios años (38 años) siendo el portavoz de Jehová, Moisés seguía efectuando esta asignación de manera obediente y constante. Sin duda, el ejemplo de Moisés es digno de imitar para todos aquellos que gracias a Jehová contamos con alguna asignación dentro de la congregación. 

Deuteronomio 1:4 encontramos cómo los israelitas derrotaron a los reyes Sehón y Og. Sin embargo, en Deuteronomio 2:4-6 leemos que Jehová les prohibió atacar las regiones del monte Seír. Esto se debe a que en la región de Seír vivían descendientes de Esaú, quienes eran por así decirlos familiares directos de los israelitas. De esto podemos resaltar la bondad inmerecida de Jehová al no poner a pelear entre sí a naciones que estaban unidas por sangre. 

Deuteronomio 1:2 leemos cómo es que el viaje que los israelitas efectuaron durante 38 años en el desierto equivalía en realidad a tan solo “once días de viaje”. Sin embargo, los 38 años en el desierto fueron el precio que pagaron por desobedecer a Jehová Dios. De igual manera, la desobediencia a nuestro Dios Jehová, en ocasiones tiene un precio, a veces son enfermedades, matrimonios infelices, daños físicos o emocionales. Meditemos en el castigo que Israel sufrió por su desobediencia y ahorrémonos momentos de sufrimiento.

Deuteronomio 1:13 leemos cómo es que Moisés eligió a algunos hombres para nombrarlos jueces sobre Israel. En ese mismo versículo encontramos las cualidades que se buscaban para elegir a estos hombres. Se menciona que debían ser “sabios, prudentes y experimentados”. De igual manera, hoy en día los hermanos que se eligen para llevar la delantera en la congregación deben de reflejar este tipo de cualidades y ocuparse porque no dejen de manifestarlas. 

Deuteronomio 1:28 nos ofrece una clara lección respecto a los comentarios negativos. En este versículo se hace mención de cómo el corazón de la nación de Israel tembló al oír el desalentador informe de algunos que habían sido enviados a espiar la tierra. El resultado fue que a toda aquella generación se le impidió entrar en esa “buena tierra”. Nosotros por el contrario debemos de tener mucho cuidado con los comentarios negativos que podamos escuchar incluso dentro de la misma congregación, ya que cómo vimos estos pueden ocasionar que nuestra fe se debilite y podamos quejarnos de la manera en que Jehová dirige a la congregación. 

Deuteronomio 1:6-8. Jehová les dice ahora a su pueblo que ya llevaban bastante tiempo aquí y es hora de que vayan a la tierra que les prometió a Abrahán, Isaac y Jacob. De esto sacamos que Jehová sabe qué es lo que necesita su pueblo en el momento oportuno. Igualmente, Jehová traerá la tierra que nos ha prometido en la fecha que ha decidido al ser el momento ideal para su pueblo actual.

Deuteronomio 1:11. En aquel tiempo el pueblo de Dios se multiplicó, se bendición para que se volviera a multiplicar mil veces más. El pueblo de Dios hoy día también tiene la bendición de multiplicarse y vemos como crece año tras año por todo el mundo. Y es por eso, que Dios nombra a muchos hermanos para que los dirija. Esto nos hace sentir regocijados al ver cómo Dios nos cuida en todo momento.

Deuteronomio 1:16. Notamos que la justicia se aplicaba sobre todo el mundo por igual. Sobre un hombre, su hermano e incluso por los residentes extranjeros, mujeres, viudas y huérfanos de padre. Tanto el pequeño como el grande eran oídos de igual forma. Aprendemos, que no debemos menospreciar a nadie, todas las personas merecen el mismo trato y justicia, sea hombre, mujer o niño.

Deuteronomio 1:17, la primera parte. La justicia de Dios no es parcial, sino universal y trata a todos por igual y con el mismo respeto y dignidad. Estas cualidades debemos imitarlas, la palabra de un niño vale lo mismo que la de un adulto, y hay que hacerle el mismo caso. Si tratamos a todos nuestros hermanos por igual, sin importar sexo o edad ni raza, estaremos siendo imparciales como la justicia de Dios.

Deuteronomio 1:17, la segunda parte. Aquí se deja bien claro que tenemos que ser humildes y conocer cuáles son nuestras capacidades. Si se nos presenta una situación o caso que supera nuestras cualidades y conocimiento, lo que debemos hacer es dejarlo en manos de una persona cualificada. No aparentar que sabemos y tomar decisiones sin conocimiento de causa, esto sería actuar de forma egoísta y no humilde.

Deuteronomio 1:21. Este versículo es muy claro y nos dice que “No tengas miedo ni te aterrorices”. Cuando estemos pasando por una situación que nos cause miedo o angustia, recordemos este versículo. No debemos tener miedo de nada ni nadie, porque el espíritu de Jehová está sobre nosotros.

Deuteronomio 1:23. A Moisés le pareció una buena sugerencia, si la analizamos nosotros posiblemente hubiéramos dicho lo mismo, pero sabemos que el resultado no fue bueno. A veces las buenas sugerencias terminan mal, no debemos empeñarnos en hacer que funcione. Si hemos tomado una decisión que no está resultando cómo debía y puede hacernos tropezar, es siempre mejor recular y cambiar el rumbo a uno mejor.

Deuteronomio 1:29,30. No hay ningún desafío que el pueblo de Dios no pueda superar, porque Jehová va por delante de nosotros. No seamos como los israelitas que una vez más no confiaron en su poder. Si confiamos en Dios en todas las decisiones y situaciones de nuestra vida, seremos capaces de superarlas y vencer el miedo.

Deuteronomio 1:35. Jehová limpió de su pueblo toda la generación que no tenía fe en él y miraban más por su propio bienestar e intereses. Aunque nos duela que esto ocurra hoy día, podemos tener la certeza que Jehová también limpiará de su pueblo actual todo persona apóstata, sin fe o con malas intenciones hacia sus hermanos.

Deuteronomio 1:39. Los niños que aún no tenían conocimiento de lo bueno y lo malo son los que entrarían en la tierra que les prometió. De aquí aprendemos una lección que solemos usar mucho sobre los niños, y es que en cierto sentido -sin ser ingenuos ni poner excusas- debemos imitar ciertos aspectos, como no intentar conocer aquello que no debemos, olvidar y perdonar como hacen, disfrutar de la vida sin preocupaciones en unión con Dios.

Deuteronomio 1:41-43. ¿Cómo fueron estos israelitas? Fueron cabezotas. Primero se quejaban y tenían miedo de que morirían por luchar contra lo que no podían. Jehová se enfadó, y ahora fueron rápidamente a luchar cuando les dijo que no fueran y que ya no tenían su aprobación. Tanto miedo no tendrían. No seamos cabezotas como lo fueron ellos, si se nos dice algo, será por algo. No nos empeñemos en hacer lo que siempre queremos nosotros.

Deuteronomio 2:4-7. Vemos la sabiduría y respeto de Dios. Jehová les dijo que ellos tendrían miedo. Pero no por eso podrían hacer cualquier cosa, dijo que tuvieran cuidado. Por un lado vemos la sabiduría de Dios, cuando hay miedo una persona es más impredecible y por eso el cuidado. Y por otro lado, el respeto de Jehová. Tenían que pagar por todo lo que consumieran, no aprovecharse de ese miedo y pasarlos por encima, así no actúa Dios a diferencia de este sistema.

Deuteronomio 2:8, en su última parte. Estos cambios de rumbos nos enseñan que el camino que conduce la vida eterna es angosto, con muchas piedras donde podemos tropezar. Muchas veces no podemos coger la salida fácil o la senda recta, sino que debemos cambiar de rumbo para poder progresar. No nos sintamos como si fuera un retroceso o un contratiempo, al contrario, estamos siendo cautos como Dios quiere de su pueblo.

Deuteronomio 2:30. El espíritu de Dios permitió que se pusiera terco para que fuera entregado en sus manos. Cuando pasemos una prueba, no pensemos: “¿por qué me ocurre esto a mi?”. Si pensamientos como estos se nos pasan por la mente, cambiemos rápidamente de actitud, y reflexionemos en que esta prueba puede ser un verdadero ejemplo de testimonio de nuestra fe y confianza en Jehová.

Deuteronomio 1:2. En este pasaje vemos las consecuencias de toma una mala decisión, si los israelitas no se hubieran rebelado contra Jehová y no hubieran mostrado cobardía cuando los 12 espías volvieron de espiar la Tierra Prometida, solo les hubiera tomado once días ir desde el monte Horeb hasta la región de Cadés-barnea, pero en lugar de ello tuvieron que esperar unos largos treinta y ocho años, sin duda el precio que pagaron por desobedecer a Jehová Dios fue muy alto, igualmente nosotros debemos siempre pensar en que decisión o acción vamos a tomar, cuando tenemos en cuenta a Jehová y sus mandatos nos ira bien, pero si lo tomamos una mala decisión tendremos que pagar un alto precio.

Deuteronomio 1:9-15. Moisés humildemente reconoció que la tarea de dirigir a toda una nación sería imposible para un solo hombre, de hecho la nación solo haría más que aumentar, es por eso que procedió a escoger de entre las tribus a hombres sabios, prudentes y experimentados para que también tuvieran autoridad y así toda la responsabilidad se repartiera entre aquellos ancianos, los repartió entre jefes de mil, de cien, de cincuenta, de diez y funcionarios de sus tribus, de este caso aprendemos que no es bueno que un solo siervo de Jehová tenga que ejercer muchas responsabilidades siempre es sabio y humilde repartir esas tareas a hermanos capacitados para que ayuden a esa labor.

Deuteronomio  1:16, 17. Moisés dirigió unas palabras a aquellos israelitas que servirían como jueces de la nación y que siempre debían tener presente, él les recomendó y advirtió que en cualquier audiencia ellos debían juzgar con justicia y ser imparciales ante los implicados, la imparcialidad es una característica de la sabiduría de Jehová y esa misma sabiduría deben manifestar los ancianos que sirven en comités judiciales, esa sabiduría les ayudará a discernir la diferencia entre la debilidad y la iniquidad, los ancianos tienen que juzgar con justicia, en conformidad con las normas de Jehová sobre lo que es correcto y lo que es incorrecto y mostrar imparcialidad ante los casos.

Deuteronomio 1:34-39. Moisés comienza a relatar a la generación de israelitas que entraría a la Tierra Prometida lo que pasó con la generación de israelitas que salieron de la esclavitud en Egipto, debido a que aquella vieja generación mostró temor y no mostró confianza en la que Jehová les daría la Tierra los condenó al decir que ningún miembro de aquella malvada generación verá la buena tierra que juré darles a los padres de ustedes y que en cambio los niños que son la nueva generación, ellos serían los que entrarán allá, con este recordatorio Moisés espera que las generaciones futuras jamás demostrar una falta de fe a Jehová parecida a aquella generación.

Deuteronomio  2:4-6. Cuando los israelitas pasaron por Edom, Dios les advirtió que tuvieran cuidado, los israelitas ya estaban siendo reconocidos como una nación guerrera debido a las victorias que había logrado ante ese momento en contra de naciones que parecían más poderosos que ellos, en cambio, los descendientes de Esaú, los edomitas, estarían nerviosos de que una gran multitud pasara a través de su tierra, Jehová advirtió a los israelitas para que no lucharan contra ellos, más bien, debían respetaran el territorio de los edomitas y que pagaran por cualquier cosa que utilizaran de ellos, con esa decisión Jehová quería que los israelitas trataran con justicia a sus vecinos.

Deuteronomio  2:14, 15. En estos versículos podemos apreciar las consecuencias de la falta de fe en Jehová, los israelitas no tenían que pasar cuarenta años para llegar a la Tierra Prometida, pero debido a que se rebelaron contra la autoridad de Jehová y de quienes él había nombrado, rechazaron su amor, no obedecieron sus mandamientos y por no demostrar confianza en Jehová a pesar de haber visto con sus propios ojos todas las demostraciones de poder que Dios hizo para poder liberarlos de la esclavitud, Dios los sentenció a andar por el desierto, lo que le pasó a esa generación de Israelitas es un claro ejemplo de lo que no debemos imitar.

Deuteronomio  2:25. Jehová le dijo a Moisés que haría que las naciones enemigas tuvieran miedo de los israelitas, para los estándares del mundo, el ejército de Israel no intimidaba a nadie puesto que ellos eran relativamente inexpertos en el aspecto de la guerra, pero Israel tenía una gran ventaja y era que tenían a Dios de su lado y esa era la garantía de todas sus victorias y haría que las demás naciones tuvieran miedo de Israel, igualmente nosotros nos enfrentamos constantemente a nuestro mayor enemigo Satanás y a su mundo que nos ataca constantemente, pero al igual que los israelitas nosotros tenemos a Jehová de aliado y con su ayuda saldremos victoriosos de los ataques del maligno.

Deuteronomio  2:36. Moisés reconoció un hecho que sería importante en los meses siguientes, y es que desde que comenzaron con su campaña de conquista y comenzaron a derrotar a todos los pueblos que estaban a su alcance, incluso aquellos que parecían muy superiores a ellos, fue debido a que Jehová estaba de su parte y por eso los entregó a todos en sus manos, al reconocer las victorias que obtenían también reconocían que todo fue gracias a la mano de Jehová y que él estaba apoyando a su pueblo, el pueblo de Dios en la actualidad también puede tener la seguridad de que Jehová está de nuestra parte y que no hay nada ni nadie que nos pueda detener.

Por toolsjw

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