TESOROS DE LA BIBLIA: 17-23 Mayo 2021,“Tienen que expulsar […] a todos los habitantes de la tierra”, Discurso.

“Tienen que expulsar […] a todos los habitantes de la tierra” (10 mins.)

La sociedad actual encierra muchos peligros para un cristiano, y han logrado esconderlos o envolverlos como si papel de regalo fuese. Las personas con las que vivimos realizan muchas prácticas inmorales como si fueran normales y rutinarias.

Es más, te consideran raro o te discriminan si no piensas como ellas y haces lo mismo. De hecho, defender que ciertas prácticas sexuales son inmorales y sucias, y que no tienen la aprobación de Jehová nos convierten en objetivos de su odio y maldad.

La presión social y de grupo es muy fuerte hacia el pueblo de Dios, hacia todos nosotros y quizás aún mayor contra nuestros jóvenes. Que quizás, por su menos experiencia y edad, intentan encajar un poco más entre sus “amigos” o compañeros no cristianos. Esto es un verdadero peligro.

Muchos de nuestros jóvenes cristianos pasan más tiempo con estos jóvenes día tras día en la escuela que con su familia y su familia espiritual. Estar luchando día sí y día también contra lo que se cree que es normal, esto desgasta, y desgasta mucho.




Nadie dijo que las pruebas fueran fáciles. Las que enfrentaron los israelitas no lo fueron y cometieron muchos pecados contra Jehová. Queremos aprender de su ejemplo, para no hacer lo mismo.

Se dice que de los errores se aprende. Errores como estos ya se cometieron en la antigüedad, aprendamos de ellos para no cometerlos nosotros hoy día. No queremos hacer nada para deshonrar el nombre de Dios, queremos que Jehová vea siempre en nosotros un siervo justo y leal.

Para poder conseguir esto, necesitamos eliminar de nuestras vidas, de nuestro ambiente, de nuestro contexto social todo aquello que vaya en contra de las normas divinas y puedan suponer una piedra de tropiezo y debilidad espiritual de nuestra fe, tal como menciona el texto que vamos a leer, Números 33:52, que dice: “Tienen que expulsar delante de ustedes a todos los habitantes de la tierra y destruir todas sus figuras de piedra y todas sus estatuas de metal, y deben demoler todos sus lugares altos sagrados.”

Según el texto leído, Jehová les mandó esto mismo a los israelitas, que destruyeran todo la idolatría e hipocresía que existía en la sociedad que le rodeaba. Que destruyera cualquier cosa que los pudiera alejar de la Tierra Prometida. Muchas de ellas ya habían sido motivo de tropiezo para muchos hombres israelitas con las técnicas del baalismo para seducir a los hombres de Israel.

Los lugares altos que se cita en este texto, eran sitios situados en lo alto de una colina o plataformas en sombras de árboles o ciudades para realizar sus cultos paganos a sus divinidades falsas y demás prácticas inmorales. Estos lugares estaban equipados con todo tipo de instrumentos para sus ritos paganos como altares, postes sagrados, imágenes, incensarios y demás.

Jehová le ordenó esto a los israelitas. No debemos pensar que es algo que sucedió en aquella época, esto está muy presente. Podríamos comparar estos lugares altos con muchos lugares donde convivimos en la actualidad. Por ejemplo, un aula de informática en la escuela es un lugar que puede ser mucho más peligroso que éste para nuestros jóvenes.

Son lugares donde cuentan con internet, ordenadores y compañeros de clase que no tienen ningún pudor en buscar cualquier cosa en Google. Los jóvenes cristianos, bajo la presión e influencia de sus compañeros, está a poco clicks de ratón de poder ensuciar su conciencia limpia y espiritual y cometer un error que le derive en un pecado.

No solo nuestros jóvenes, sino todos nosotros… en los diferentes ambientes que nos movamos. Con familiares no cristianos, en el trabajo, por la calle… en todo sitio puede haber lugares altos con una serie de instrumentos y personas que puedan ensuciar nuestra conciencia, que nos puedan presionar para hacer algo que es inmoral a los ojos de Jehová, mientras que para ellos es algo normal.

Sin ir más lejos, podríamos tener un lugar alto como estos en nuestras mismas manos, que es donde sostenemos nuestros móviles. Un móvil es muy útil y lo usamos a todas horas para bien, pero si lo usamos mal, se pueden hacer muchas cosas no aceptables por Dios.

Estos lugares altos estaba bien delimitados y se podían identificar con facilidad. De hecho, la pauta para los israelitas era que los destruyeran. Los israelitas podían localizar estos lugares y estas herramientas o utensilios. Hoy día, es aún más difícil, no siempre es fácil identificar en qué sitio o con qué medios se nos puede poner a prueba o sea un lugar o una herramienta a suprimir de nuestras vidas para seguir firmes en nuestra adoración pura a Jehová.

La naturalidad de este sistema a hacer cosas inmorales lo hace aún más difícil para un cristiano. Pero hemos de esforzarnos, porque sabemos que Jehová ve todo lo que hacemos para mantenernos rectos en su justa palabra y cuáles serán los beneficios de ello. Leamos Números 33:53. “Y ocuparán la tierra y vivirán en ella, porque sin duda les daré la tierra en propiedad.”

Efectivamente, la recompensa de nuestro duro trabajo será eterna. Seremos merecedores del Reino de Dios, se cumplirá las grandes promesas que Jehová nos ha hecho y tanto anhelamos que se cumplan lo antes posible, más con la degradación social y del mundo que vemos todos los días.

Hasta que llegue este día, este inolvidable momento. Tenemos que mantenernos firmes, tenemos que luchar contra la corriente de lo que es natural que ha implantado este sistema. Y para ello, debemos eliminar, destruir todo atisbo de maldad, de nocividad que rodee nuestra vida y nos pueda llevar a cometer un acto inmundo.

Los israelitas sabían que tenían que destruir todo esto, o tendrían muchos problemas. Más de los que tuvieron. Porque si no lo hacían, serían piezas de tropiezo constante y caerían. Ahora vamos a leer Números 33:55,56 “Sin embargo, si no expulsan delante de ustedes a los habitantes de la tierra, los que dejen allí serán como astillas en sus ojos y espinas en sus costados, y ellos los acosarán en la tierra en la que van a vivir. Y les haré a ustedes lo que había pensado hacerles a ellos’”.

Si no ponemos freno a las tentaciones de este sistema. Si no dejamos clara cuál es nuestra postura para ciertos aspectos y temas sociales en la escuela, en el trabajo o en ambientes familiares, se nos seguirá presionando y serán como estas astillas que en cualquier momento nos puede pillar con la guardia baja o en un momento emocional bajo. Esto nos puede llevar a tener grandes problemas como les podría pasar a los israelitas.

Si es cierto que muchas de estas cosas que hemos citadas no son malas en su justa medida. Ver un partido de fútbol no es malo, salvo que para verlo tengamos que perdernos una reunión, o lo hagamos en un ambiente poco sano o celebremos la victoria o aceptemos la derrota de manera no cristiana. Los videojuegos es el mismo caso.

El comprar ropa o aparatos electrónicos que nos guste no es malo, siempre que se pueda y que no suponga un esfuerzo extra que ponga en peligro la economía familiar o que conlleve más horas de trabajo que las naturales para conseguir aquello que deseamos.

Porque por encima de todas estas posesiones materiales, lo que deseamos es el Reino de Dios. Un cristiano debe tener en cuenta y muy presente que hay cosas en las que no podemos ceder ni pasarnos de la línea, hay practicas inmorales prohibidas que resultan un grave peligro en nuestra relación con Dios.

Y formas de entretenimiento que no están prohibidas a priori pero que el uso que hagamos de ellas pueden suponer también un peligro para un cristiano.

Si no tenemos cuidado a estas cosas, estaríamos haciendo como los israelitas, que no destruyeron la totalidad de lo que dijo Jehová y esto le acarreó graves problemas. Hubieron más muertes, violencia, idolatría e inmoralidad. Muchos recibieron una sentencia de aniquilación y serían vomitados de la tierra.

Para que esto no nos ocurra a nosotros debemos leer y aplicar Santiago 1:21. “Por lo tanto, quítense toda suciedad y todo rastro de maldad, y acepten con apacibilidad que la palabra que puede salvarlos eche raíces en ustedes.”

Así es, solo la palabra de Dios nos puede salvar de la decadencia social que existe hoy día y para ello debemos agradar a Jehová alejándonos de todo aquello que vaya en contra de sus justas y morales normas o todo aquello que debilite nuestra relación con él.

Si así nos esforzamos por hacerlo, Jehová nos dará todas las fuerzas y ayuda que necesitemos para luchar contra la tendencia natural pecaminosa y hacer frente a todas las malas influencias que nos afecta en el día a día.

Por toolsjw

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