TESOROS DE LA BIBLIA: 3-9 Mayo 2021, “Seamos imparciales como Jehová”, Discurso.

 

“Seamos imparciales como Jehová” (10 mins.)

La imparcialidad implica que no exista ningún tipo de trato de favor o en contra de una persona o sobre cualquier cosa cuando se juzgue o se obre sobre un asunto. Es decir, implica estar libre de todo tipo de prejuicios.

La imparcialidad evita todas las consideraciones subjetivas y trata a todos por igual. No importa que sea un desconocido o nuestro mejor amigo, ser imparciales significa que tomaremos la misma decisión en un caso como en otro.

Ser imparcial es decidir sobre un asunto con objetividad. No tener en cuenta cosas anteriores o lo que es normal, o nuestra amistad con esa persona. Cada asunto se trata de forma exclusiva, se analiza la situación y se decide o se actúa sin prejuicios ni ventajas o privilegios exclusivos.

Jehová es imparcial, sin prejuicios ni condicionantes, lo demostró con las cinco hijas de Zelofehad cuando ellas pidieron la herencia de su difunto padre. Habían perdido a su padre e iban a perder su herencia y quedarse sin nada al no tener hermano varón.




Así que las hijas de Zelofehad fueron a hablar con Moisés, quién dejó la decisión en manos de Jehová, al que le corresponde decidir sobre esto. Jehová no sentenció sobre lo que fuera común, sobre que la herencia solo se pasa al hijo.

No. Jehová fue imparcial. No tuvo en cuenta ni la costumbre ni los prejuicios sociales que pudieran haber por el hecho de ser mujeres. Leámoslo en Números 27:1-4, Dice así:  Entonces se acercaron las hijas de Zelofehad, hijo de Héfer, hijo de Galaad, hijo de Makir, hijo de Manasés, de las familias de Manasés hijo de José. Los nombres de sus hijas eran Mahlá, Noá, Hoglá, Milcá y Tirzá. Ellas se presentaron ante Moisés, el sacerdote Eleazar, los jefes y todo el pueblo a la entrada de la tienda de reunión y dijeron: “Nuestro padre murió en el desierto, pero no estaba con el grupo que se unió en contra de Jehová, los que apoyaron a Coré. Él murió por su propio pecado y no tuvo hijos varones. ¿Por qué debe desaparecer de su familia el nombre de nuestro padre solo por no haber tenido un hijo? Danos una propiedad entre los hermanos de nuestro padre”.

En primer lugar, debemos notar el comportamiento, las formas, las palabras y el valor de estas mujeres. Ellas no se presentaron a solas con Moisés, lo hicieron delante de él, del sacerdote, de los jefes y de todo el pueblo. Tuvieron valentía, ya que esto no sería fácil de hacer ni lo que pensarían todos los demás de la posible actitud de estas mujeres.

Luego, fueron honestas y sinceras al hablar. No exigieron nada, razonaron y tuvieron presente la adoración a Jehová. Ellas argumentaron que su padre había muerto pero no fue por ir en contra de Jehová cuando ciertos hombres apoyaron a Coré. Pero no solo se quedaron allí, fueron sinceras y humildes y dijeron que había muerto por un pecado que él mismo cometió.

Las hijas de Zelofehad fueron transparentes y no se guardaron ningún detalle. Contaron las cosas como se tenían que contar, con veracidad y exactitud. Luego no dijeron: “nos corresponde por derecho tener las tierras de nuestro padre”. No. Ellas dijeron “¿Por qué debe desaparecer de su familia el nombre de nuestro padre solo por no haber tenido un hijo?”. Una pregunta y argumento justo. Ellas solo pidieron una propiedad que le hubiera correspondido a su padre o a sus hermanos.

En segundo lugar, vemos la postura de Moisés. Él sabía que esta decisión no le correspondía a él. No tenía ni el derecho ni la sabiduría para decidir sobre un asunto así. Así que no dijo que no se pudieran hacer excepciones, que la Ley era la Ley. Moisés dejó el asunto en manos de Jehová, quién respondió en consecuencia siendo imparcial.

Más que imparcial, fue mucho más allá. Analizó la situación de estas mujeres con objetividad y sabiduría, fue imparcial y bondadoso. Jehová no solo le ordenó a Moisés que le diera una parte de la herencia en medio de los hermanos de su padre, sino que modificó la regla que se conocía hasta entonces y le dijo a Moisés lo que leemos en Números 27:5-7. Alli  menciona lo siguiente: Así que Moisés presentó su caso delante de Jehová. Entonces Jehová le dijo esto a Moisés: “Las hijas de Zelofehad tienen razón. Sin falta debes darles una propiedad como herencia entre los hermanos de su padre y pasarles a ellas la herencia de su padre.

Las hijas de Zelofehad tenían razón y rompieron lo que se conocía hasta entonces. Jehová, después de esto, modificó el decreto divino y ahora estos derechos de posesión y propiedad ampararía a todas las israelitas que se encontraran en la misma situación. Es decir, que los hombres varones de su familia fallecieran y solo quedasen ellas.

De esta forma, toda mujer estaría amparada y protegida en caso de que todos los varones de su casa fallecieran. Y tendrían derecho a las posesiones de su familia. Jehová no solo fue imparcial para juzgar esa situación en concreto, sino que a partir de que se produjo ésta, inmediatamente cambió el decreto divino. Fue compresible, flexible y bondadoso. Le confirió el mismo derecho a hombres y a mujeres a este respecto. Jehová le dio la razón a las hijas de Zelofehad.

Por ello, se dice en Salmo 68:5 que Jehová es “Padre de huérfanos y protector de viudas es Dios en su santa morada”. Es por eso que al modificar esta Ley, que era la única que se conocía y era válida. Jehová estaba protegiendo con la misma dignidad a todas las mujeres que se encontraban desamparadas como a los israelitas más favorecidos. 

Leamos por favor el Libro de Números 27:8-11 Dice: Y diles a los israelitas: ‘Si un hombre muere sin tener un hijo varón, ustedes tienen que hacer que su herencia pase a su hija. Si no tiene hijas, les darán su herencia a sus hermanos. Si no tiene hermanos, les darán su herencia a los hermanos de su padre. Y, si su padre no tiene hermanos, le darán su herencia al pariente de sangre más cercano de su familia, y él se quedará con ella. Esta decisión judicial será un estatuto para los israelitas, tal como Jehová le ha mandado a Moisés’”.

A partir de este momento, gracias a la imparcialidad y bondad de Jehová y al valor de estas mujeres. Todos los israelitas sabrían cómo se iba a pasar el derecho de la tierra. Y que todos, tanto hombres como mujeres israelitas estarían siempre amparados y nunca se verían desprotegidos.

No solo contamos con este ejemplo de imparcialidad de Jehová. Tenemos muchos más ejemplos en la Biblia. Ahora nos toca a nosotros poner en práctica estas cualidades de Jehová.

Lo primero que tenemos que hacer para ser imparciales es analizar nuestra actitud. No podemos ser imparciales y tomar decisiones sin prejuicios ni con juicios de valor previos si no estamos dispuestos, si nuestra actitud no es la adecuada ante una situación.

Podemos pensar que sí, que siempre somos imparciales e intentamos decidir lo mejor que podemos en todas las ocasiones. Esto puede ser verdad, pero no significa que siempre estemos siendo imparciales. Y realmente no es algo que podamos decir nosotros, si lo hacemos, si decimos nosotros mismos que somos imparciales, de hecho, no lo estamos siendo.

No nos conocemos a nosotros mismos como imparciales, sino que son los demás quiénes nos conocen por imparciales. Es por ello, que podemos preguntar a nuestros amigos, familiares si realmente somos imparciales en las decisiones que tomamos. Y es posible, que estos familiares y amigos nos digan algún sesgo que tenemos o alguna decisión que hemos optado que no ha sido muy imparcial.

Somos humanos imperfectos, y en situaciones sensibles es muy difícil decidir sin que haya algún sentimiento que esté interfiriendo en nuestra forma de pensar. Es muy difícil ser completamente neutral y objetivo, es muy difícil decidir sin que algún sentimiento nos esté impulsando a tomar una u otra decisión.

Son muchos los prejuicios sociales que existen hoy día. La mayoría de ellos, los tenemos tan vistos y se ven como tan normales que puede que ni nos demos cuenta de ello. Es muy difícil que por nosotros mismos veamos estos pequeños condicionales que tenemos al tomar decisiones. La ayuda de alguien externo es muy importante, nos da su punto de vista, su perspectiva.

Cuando decimos algo sobre algo, por muy objetivos que pensamos que estamos siendo, realmente decidimos bajo nuestro enfoque y punto de vista. Que no significa que sea el correcto, o el único válido. Moisés no confió en su criterio, lo dejó en manos de Dios. Si Moisés no lo hizo, ¿por qué deberíamos nosotros confiar en nuestro criterio? ¿Acaso es el único válido? ¿No hay otro enfoque o alternativa?.

Una persona ajena y externa a nuestras decisiones nos puede dar su enfoque y lo que ella opina al respecto. Si hacemos esto, puede que nos demos cuenta que no estamos siendo del todo imparcial en algunos supuestos y esto debemos cambiarlo de inmediato, orando a Jehová a que nos ayude a cambiar nuestra actitud.

Nadie lo sabe todo. No tenemos la solución ni a la mitad de las situaciones que se nos presenta. No podemos dar decisiones definitivas. Pero sí debemos esforzarnos por ser lo más neutrales posibles, sin ningún tipo de prejuicio. Debemos imitar a Jehová siendo imparciales y tratar a todos nuestros hermanos con la misma dignidad que se merecen y con amor. Y no solo con ellos, sino con todas las personas.

Por toolsjw

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