TEXTO DIARIO, De hoy Lunes 25 de enero del 2021.
Examinemos las Escrituras todos los días 2021
Lunes 25 de enero del 2021
Todos se llenaron de espíritu santo y comenzaron a hablar en diferentes idiomas (Hech. 2:4).
Si usted fuera uno de esos discípulos reunidos en el cuarto de arriba de una casa durante el Pentecostés del año 33, seguro que estaría totalmente convencido de que había sido ungido por espíritu santo (Hech. 2:5-12). Pero ¿unge Dios a los elegidos siempre de una manera impactante y siempre en el mismo momento de sus vidas? No. Analicemos el momento en que alguien es ungido por espíritu santo. Ese grupo de unos 120 cristianos no fueron los únicos que fueron ungidos por espíritu santo aquel día. Más tarde, ese mismo día, otras 3.000 personas recibieron el espíritu santo que Jesús había prometido. En el caso de ellos, fueron ungidos cuando se bautizaron (Hech. 2:37, 38, 41). Pero, en los años siguientes, no todos los ungidos recibieron la llamada celestial en el momento de su bautismo. Los samaritanos fueron ungidos algún tiempo después de bautizarse (Hech. 8:14-17). Y, aunque fue un caso excepcional, Cornelio y los de su casa fueron ungidos antes incluso de bautizarse (Hech. 10:44-48). w20.01 20, 21 párrs. 2-4.
¿CÓMO SABE ALGUIEN QUE ES UNGIDO?
De acuerdo con 2 Corintios 1:21, 22, ¿qué pasa cuando alguien es ungido por espíritu santo?
Hablemos ahora de lo que pasa cuando alguien es ungido por espíritu santo. En un primer momento, puede que a algunos ungidos les cueste aceptar que Jehová los ha escogido y se pregunten por qué. Otros ungidos tal vez reaccionen de otra manera. Sea como sea, el apóstol Pablo explica algo que les ocurre a todos los ungidos: “Después de que ustedes creyeron, fueron sellados* por medio de él con el espíritu santo prometido, que es una garantía de la herencia que recibiremos” (Efes. 1:13, 14; nota). En efecto, Jehová usa su espíritu santo para dejarles absolutamente claro que los ha elegido. Así que el espíritu santo es “una garantía” que se les da para que estén seguros de que en el futuro vivirán para siempre en el cielo, no en la Tierra (lea 2 Corintios 1:21, 22).
¿Qué tiene que hacer un ungido para ir al cielo?
Si un cristiano es ungido por espíritu santo, ¿significa eso que está garantizado que irá al cielo? No. Solo significa que ha sido elegido para ir al cielo. Pero tiene que recordar esta advertencia: “Hermanos, esfuércense todavía más por asegurar su llamada y selección porque, si continúan haciendo estas cosas, no fracasarán nunca” (2 Ped. 1:10). De modo que, aunque un cristiano sea escogido o llamado para ir al cielo, solo irá si se mantiene fiel (Filip. 3:12-14; Heb. 3:1; Apoc. 2:10).
¿Cómo saben los ungidos que han recibido la llamada celestial?
Entonces, ¿cómo sabe alguien que ha recibido la llamada celestial? La respuesta se ve con claridad en las palabras que Pablo les escribió a los que estaban en Roma y habían sido “llamados para ser santos”. Les dijo: “Ustedes no recibieron un espíritu de esclavitud que les haga volver a tener miedo, sino que recibieron un espíritu que los adopta como hijos, el espíritu que nos motiva a exclamar: ‘¡Abba, Padre!’. El espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios” (Rom. 1:7; 8:15, 16). Así pues, por medio de su espíritu santo, Dios les deja claro a los ungidos que han recibido la llamada celestial (1 Tes. 2:12).
Según 1 Juan 2:20, 27, ¿por qué sabemos que los ungidos no necesitan que otros les confirmen que lo son?
Jehová se encarga de que los que reciban su invitación de ir al cielo no tengan ni la más mínima duda en su mente y corazón (lea 1 Juan 2:20, 27). Claro está, al igual que todos los demás cristianos, los ungidos necesitan que Jehová les enseñe mediante la congregación. Pero no necesitan que nadie les confirme que son ungidos. Jehová se lo ha dejado totalmente claro mediante la fuerza más poderosa del universo, el espíritu santo.
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