TEXTO DIARIO, De hoy Domingo 2 de mayo del 2021
Examinemos las Escrituras todos los días 2021
Domingo 2 de mayo del 2021
Soy carnal, fui vendido al pecado (Rom. 7:14).
Una prueba del amor que Jehová nos tiene es cómo actuó cuando Adán lo desobedeció. Como consecuencia de este acto, tanto él como sus descendientes dejaron de pertenecer a la feliz familia de Dios (Rom. 5:12). Pero Jehová tomó cartas en el asunto. Aunque castigó a Adán, no dejó sin esperanza a sus descendientes. Prometió de inmediato que los seres humanos obedientes volverían a ser parte de su familia (Gén. 3:15; Rom. 8:20, 21). Lo hizo posible gracias al sacrificio de su amado Hijo, Jesús. Al entregarlo por nosotros, demostró lo mucho que nos ama (Juan 3:16). Es el mejor Padre que podemos tener. Escucha nuestras oraciones y nos da lo necesario en sentido material y espiritual. Nos educa y ayuda. Además, tiene preparadas bendiciones extraordinarias para nosotros. ¿Verdad que nos conmueve saber que nuestro Padre nos ama y nos cuida? w20.02 6 párrs. 16, 17; 7 párr. 20.
NUESTRO PADRE NUNCA NOS ABANDONARÁ
¿Qué sucedió cuando Adán desobedeció a su Padre?
Una prueba del amor que Jehová nos tiene es cómo actuó cuando Adán lo desobedeció. Como consecuencia de este acto, tanto él como sus descendientes dejaron de pertenecer a la feliz familia de Dios (Rom. 5:12; 7:14). Pero Jehová tomó cartas en el asunto.
¿Qué hizo Jehová de inmediato tras la rebelión de Adán?
Aunque Jehová castigó a Adán, no dejó sin esperanza a sus descendientes. Prometió de inmediato que los seres humanos obedientes volverían a ser parte de su familia (Gén. 3:15; Rom. 8:20, 21). Lo hizo posible gracias al sacrificio de su amado Hijo, Jesús. Al entregarlo por nosotros, demostró lo mucho que nos ama (Juan 3:16).
Aunque nos hayamos apartado de Jehová, ¿por qué podemos estar seguros de que nos quiere como sus hijos?
A pesar de que somos imperfectos, Jehová desea que estemos dentro de su familia y no nos ve como una carga. Puede que lo decepcionemos o que nos alejemos de él durante un tiempo, pero nunca nos dará por perdidos. Con la parábola del hijo perdido, Jesús mostró cuánto nos ama Jehová (Luc. 15:11-32). El padre de la parábola nunca perdió la esperanza de que su hijo volvería. Y, cuando este lo hizo, el padre lo recibió con los brazos abiertos. Si nos hemos apartado de Jehová y nos hemos arrepentido, podemos tener la certeza de que nuestro Padre desea acogernos.
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