TEXTO DIARIO, De hoy Martes 12 de enero del 2021.
Examinemos las Escrituras todos los días 2021
Martes 12 de enero del 2021
Resplandezca la luz de ustedes delante de los hombres, para que ellos vean sus obras excelentes (Mat. 5:16).
Jehová se vale de las “obras excelentes” de sus siervos para atraer a las personas (Mat. 5:14, 15; 1 Ped. 2:12). Si su cónyuge no es testigo de Jehová, ¿conoce a los hermanos de la congregación? Invítelo a que lo acompañe a las reuniones (1 Cor. 14:24, 25). Esperamos que un día todos nuestros familiares sirvan a Jehová. Pero también es cierto que, aunque hagamos todo lo posible por ayudarlos, quizás nunca entren en la verdad. Si ocurre esto, no nos culpemos por su decisión. Al fin y al cabo, no podemos obligar a nadie a aceptar nuestras creencias. Aun así, no le quitemos importancia al efecto que puede tener en ellos ver que servimos felices a Jehová. Oremos por ellos, hablémosles de la verdad con respeto y no dudemos en seguir ayudándolos (Hech. 20:20). Confiemos en que Jehová bendecirá nuestros esfuerzos. Y, si nuestros familiares deciden escucharnos, se salvarán. w19.08 18, 19 párrs. 15-17.
QUÉ PODEMOS HACER PARA AYUDAR A NUESTROS FAMILIARE
Según 1 Pedro 3:1, 2, ¿en qué es probable que se fijen más nuestros familiares?
Dejar que nuestra conducta hable por nosotros. Muchas veces, nuestros familiares se fijan más en lo que hacemos que en lo que decimos (lea 1 Pedro 3:1, 2). Pauline se dio cuenta de esto con el tiempo. Dice: “Sabía que Wayne nos amaba y que en realidad no quería divorciarse. Pero su amenaza me hizo comprender que tenía que empezar a hacer las cosas como Jehová manda. En lugar de tanto hablar, debía darle un buen ejemplo”. Así que dejó de obligar a su esposo a hablar de la Biblia y comenzó a conversar con él de su día a día. Wayne se fijó en que su esposa se había vuelto más apacible y en que su hijo se comportaba mejor (Prov. 31:18, 27, 28). Al ver la buena influencia de la Biblia en su familia, estuvo más dispuesto a escuchar su mensaje (1 Cor. 7:12-14, 16).
¿Por qué no debemos darnos por vencidos?
No darnos por vencidos. Jehová nos pone el ejemplo. Una y otra vez da a la gente la oportunidad de aceptar las buenas nuevas y recibir la vida (Jer. 44:4). Y el apóstol Pablo le dijo a Timoteo que no dejara de ayudar a los demás porque de ese modo se salvaría a sí mismo y también salvaría a los que lo escucharan (1 Tim. 4:16). Como queremos a nuestros familiares, deseamos que conozcan las verdades de la Biblia. En el caso de Pauline, sus palabras y acciones acabaron teniendo un buen efecto en su familia. Ahora es feliz porque sirve junto con su esposo a Jehová, los dos son precursores y Wayne es anciano.
USEMOS NUESTRO SITIO DE INTERNET
Podemos ayudar a nuestros familiares a conocer a Jehová hablándoles de él, por nuestra buena conducta y ofreciéndoles nuestras publicaciones bíblicas. Antes, a las personas les gustaba leer libros, revistas y otras publicaciones impresas. Sin embargo, ahora muchos prefieren leer publicaciones en Internet y ver videos. De modo que podemos invitar a nuestros familiares a visitar el sitio jw.org® o ver algunos programas mensuales del canal JW Broadcasting®. Así los ayudaremos a conocer al pueblo de Jehová a su ritmo y cuando les resulte más conveniente.
¿Por qué tenemos que ser pacientes?
Ser pacientes. Cuando empezamos a vivir de acuerdo con las normas divinas, a nuestros familiares quizás les cueste acostumbrarse a nuestras creencias y modo de vida. Por lo general, lo primero que ven es que ya no celebramos con ellos las fiestas religiosas y que no nos metemos en política. Al principio, puede que algunos se molesten con nosotros (Mat. 10:35, 36). Pero no debemos darlos por perdidos. Si dejamos de intentar ayudarlos a comprender nuestras creencias, en realidad los hemos juzgado y hemos decidido que no merecen obtener la vida eterna. Pero Jehová ha confiado la labor de juzgar a Jesús, no a nosotros (Juan 5:22). Si somos pacientes, es posible que con el tiempo nuestros familiares estén dispuestos a escuchar el mensaje (vea el recuadro “Usemos nuestro sitio de Internet”).
¿Qué aprendemos de cómo actuó Alice con sus padres?
Ser amables pero firmes (Prov. 15:2). Veamos el ejemplo de Alice. Conoció la verdad cuando vivía lejos de sus padres, que eran ateos y estaban muy activos en la política. Comprendió que tenía que hablarles lo antes posible de todo lo bueno que estaba aprendiendo. Ella dice: “Si esperas a contarles cuáles son tus nuevas creencias y costumbres, el disgusto de tu familia será mayor”. Así que les escribía cartas a sus padres en las que les preguntaba su opinión sobre temas bíblicos que esperaba que les interesaran, como el amor (1 Cor. 13:1-13). Les daba las gracias por haberla criado y cuidado, y les enviaba regalos. Cuando los visitaba, hacía todo lo posible por ayudar a su madre en las tareas de la casa. Pero, al principio, sus padres no reaccionaron bien cuando les habló de sus nuevas creencias.
Mientras estaba en casa con sus padres, seguía leyendo la Biblia todos los días. Alice dice que eso ayudó a su madre a ver lo importante que era la Palabra de Dios para ella. Al mismo tiempo, su padre decidió aprender algo de la Biblia para entender lo que ahora pensaba su hija y para encontrar errores. Alice dice: “Le di una Biblia y le escribí una dedicatoria”. ¿Qué ocurrió? Que su padre no encontró ningún error; al contrario, se quedó impresionado por lo que leyó.
Debemos ser amables pero firmes aunque tengamos que pasar por pruebas (1 Cor. 4:12b). Por ejemplo, Alice tuvo que soportar la oposición de su madre. Cuenta: “Cuando me bauticé, mamá me dijo que era una mala hija”. ¿Qué hizo Alice? Ella misma dice: “En vez de evitar hablar del tema, le dije con respeto que había decidido ser testigo de Jehová y que no iba a dar marcha atrás. Traté de asegurarle que la quería mucho. Las dos lloramos, y le preparé una rica comida. Desde ese momento, mamá empezó a reconocer que la Biblia me había hecho mejor persona”.
¿Por qué no debemos ceder nunca a las presiones de nuestros familiares?
Es posible que nuestros familiares tarden en entender por completo que nos tomamos muy en serio el servicio a Jehová. Por ejemplo, cuando Alice decidió ser precursora en vez de dedicarse a la carrera que sus padres le habían escogido, su madre volvió a echarse a llorar. Pero Alice se mantuvo firme. Dice: “Si cedes en un asunto, es probable que la familia te presione en otras cosas. Pero, si defiendes tu postura con amabilidad y firmeza, puede que algunos te escuchen”. Eso es lo que le ocurrió a ella. Ahora sus padres son precursores, y su padre sirve de anciano.
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