Examinando las Escrituras diariamente 2020
Martes 20 de octubre del 2020
A Jehová pertenecen los cielos y la tierra y todo lo que hay en ella (Deut. 10:14).
Como Jehová creó a los seres humanos, nosotros también le pertenecemos (Sal. 100:3; Rev. 4:11). Sin embargo, a lo largo de la historia, Jehová ha escogido a determinados grupos de personas para que sean su propiedad de un modo singular. Por ejemplo, en el Salmo 135 se dice que los siervos fieles de Dios del antiguo Israel eran su “propiedad especial” (Sal. 135:4). Además, el libro de Oseas predijo que algunos no israelitas llegarían a ser parte del pueblo de Jehová (Os. 2:23). Esta profecía se cumplió cuando Dios empezó a incluir a quienes no eran judíos entre los que llegarían a reinar con Jesús en los cielos (Hech. 10:45; Rom. 9:23-26). A estas personas ungidas con espíritu se las llama “una nación santa”, una “posesión especial” de Jehová (1 Ped. 2:9, 10). Y a la mayoría de los cristianos fieles de la actualidad, que esperan vivir en la Tierra, Dios también los considera su “pueblo” y sus “escogidos” (Is. 65:22). w18.07 22 párrs. 1, 2.
LE DEDICAMOS LA VIDA A JEHOVÁ
¿Quiénes tienen una relación especial con Jehová hoy día?
Hoy día, los que tienen la esperanza de ir al cielo, el “rebaño pequeño”, y quienes esperan vivir en la Tierra, las “otras ovejas”, forman “un solo rebaño” que sirve unido a Jehová (Luc. 12:32; Juan 10:16). No hay duda de que deseamos expresar nuestra profunda gratitud a Dios por concedernos tener esta relación especial con él. Este artículo analizará varias maneras de mostrar que le agradecemos este extraordinario honor.
¿Cuál es una manera de agradecer a Jehová que nos permita ser sus amigos? y ¿Cómo hizo Jesús algo parecido?
Una manera de demostrarle nuestra gratitud a Jehová es dedicándole sin reservas nuestra vida. Al bautizarnos, reconocemos formalmente delante de otros que le pertenecemos a Jehová y que estamos dispuestos a obedecerle (Heb. 12:9). Jesús hizo algo parecido cuando se bautizó, pues era como si le dijera a su Padre: “En hacer tu voluntad, oh Dios mío, me he deleitado” (Sal. 40:7, 8). Se presentó para hacer la voluntad de Dios aunque desde su nacimiento formaba parte de una nación dedicada a Jehová.
¿Cómo se sintió Jehová cuando Jesús se bautizó? y Ponga un ejemplo que muestre cómo se siente Jehová cuando nos dedicamos a él.
¿Cómo se sintió Jehová cuando Jesús se bautizó? La Biblia dice: “Después que Jesús fue bautizado, inmediatamente salió del agua; y, ¡mire!, los cielos se abrieron, y él vio descender como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él. ¡Mire! También hubo una voz desde los cielos que decía: ‘Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado’” (Mat. 3:16, 17). A Jehová le hizo muy feliz ver que su Hijo, que ya le pertenecía, estaba dispuesto a servirle solo a él. Del mismo modo, a Jehová le hace muy feliz aceptar nuestra dedicación, y nos bendecirá (Sal. 149:4).
Veamos un ejemplo que nos ayude a entender mejor cómo se siente Jehová cuando nos dedicamos a él. Imaginemos que un hombre planta muchas flores bonitas en su jardín. Un día, su hija pequeña arranca una flor y se la regala. Aunque todas las flores son suyas, le encanta que la niña le dé esa flor como muestra de su cariño. Seguro que para él esa es la flor más bonita de todas. De modo parecido, Jehová se alegra mucho cuando decidimos dedicarnos solo a él (Éx. 34:14).
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