TEXTO DIARIO, De Miércoles 16 de diciembre del 2020.

 

 

Examinando las Escrituras diariamente 2020

Miércoles 16 de diciembre del 2020

Señor, ¿estás restaurando el reino a Israel en este tiempo? (Hech. 1:6).

Las expectativas sobre el Mesías, como las que tenían los discípulos de Jesús, contribuyeron a que los galileos quisieran que Jesús fuera su rey. Seguro que lo veían como el gobernante perfecto: era un orador extraordinario y tenía poder para curar a los enfermos y hasta alimentar a los hambrientos. Después de dar de comer a unos cinco mil hombres, se dio cuenta de que “estaban a punto de venir y prenderlo para hacerlo rey”, así que “se retiró otra vez a la montaña, él solo” (Juan 6:10-15). Al día siguiente, al otro lado del mar de Galilea, es posible que el entusiasmo se hubiera enfriado hasta cierto punto. Entonces, Jesús le explicó a la multitud que él había venido a la Tierra para ayudarlos en sentido espiritual, no material. Les dijo: “Trabajen, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna” (Juan 6:25-27). w18.06 4 párrs. 4, 5.

¿CÓMO ACTUÓ JESÚS ANTE LAS CUESTIONES POLÍTICAS QUE DIVIDÍAN A LA GENTE?




¿Qué injusticias soportaban los judíos en el siglo primero?

Por regla general, las injusticias encienden las pasiones políticas. En los días de Jesús, el pago de impuestos era una cuestión candente. De hecho, la chispa que prendió la rebelión de Judas el Galileo fue un censo ordenado por los romanos para garantizar el pago de los tributos. Los súbditos del Imperio romano, entre ellos las personas que escuchaban a Jesús, tenían que pagar muchos impuestos, como por ejemplo sobre los bienes, las tierras y las viviendas. Y, como los recaudadores de impuestos eran muy corruptos, la gente sentía que llevaba una carga muy pesada. A veces, los recaudadores les pagaban a los funcionarios para acceder a ciertos puestos y luego usaban su autoridad para enriquecerse. Zaqueo, el principal recaudador de impuestos de Jericó, se hizo rico extorsionando a los ciudadanos (Luc. 19:2, 8). Y lo más probable es que no fuera el único que se valiera de estas prácticas.

¿Cómo trataron de conseguir los enemigos de Jesús que él tomara partido en una cuestión política? y ¿Qué aprendemos de la reacción de Jesús? 

Los enemigos de Jesús trataron de conseguir que él tomara partido en una cuestión relacionada con los impuestos. Para entramparlo, le preguntaron por “la capitación”, un impuesto de un denario que debían pagar todos los habitantes del Imperio romano (lea Mateo 22:16-18). Este era uno de los tributos que más molestaba a los judíos, porque representaba que estaban sometidos a Roma. La trampa de los “partidarios de Herodes” era la siguiente: si Jesús criticaba el impuesto, podría ser acusado de rebelión contra el Imperio, pero, si decía que había que pagarlo, sus seguidores tal vez lo abandonarían.

A fin de mantenerse neutral, Jesús tuvo mucho cuidado con su respuesta. Dijo: “Paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios” (Mat. 22:21). Claro, sabía que muchos recaudadores eran corruptos. Pero no quería que estas cosas lo distrajeran de la cuestión más importante: que la verdadera solución para los problemas de la humanidad es el Reino de Dios. Así puso un modelo que todos debemos seguir. Aunque una causa parezca muy noble, nunca debemos meternos en temas políticos. En lugar de formarnos opiniones muy categóricas sobre las injusticias o hablar en contra de ellas, los cristianos buscamos el Reino y la justicia de Dios (Mat. 6:33).

¿Cuál es la mejor manera de luchar contra las injusticias?

Muchos testigos de Jehová han logrado dejar atrás las ideas políticas que tenían arraigadas. Una hermana de Gran Bretaña cuenta: “Después de estudiar Sociología en la universidad, mis ideas se volvieron radicales. Quería defender los derechos de los negros, pues habíamos sufrido muchísimas injusticias. Casi siempre ganaba las discusiones, pero acababa frustrada. No me daba cuenta de que las causas de las injusticias raciales están en el corazón de la gente, y de allí hay que desarraigarlas. Pero, cuando comencé a estudiar la Biblia, comprendí que tenía que empezar arrancándolas de mi propio corazón. Y fue una hermana blanca muy paciente quien me ayudó a lograrlo. En la actualidad, soy precursora regular en una congregación de lenguaje de señas. Estoy aprendiendo a llegar a todo tipo de personas”.

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Por toolsjw

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