TEXTO DIARIO, De hoy Martes 15 de diciembre del 2020
Examinando las Escrituras diariamente 2020
Martes 15 de diciembre del 2020
Por fe los muros de Jericó cayeron después de haber sido rodeados por siete días (Heb. 11:30).
Jehová les dijo a los israelitas que no atacaran Jericó. Lo que debían hacer era marchar alrededor de la ciudad una vez al día durante seis días y siete veces el séptimo día. Puede que algunos soldados creyeran que era una enorme pérdida de tiempo y energías. Pero el Líder invisible de Israel, Jehová, sabía muy bien lo que hacía. Seguir su estrategia les permitió a los israelitas tomar la ciudad y fortaleció su fe. Además, los libró de tener que luchar contra los poderosos soldados de Jericó (Jos. 6:2-5). ¿Qué aprendemos de este relato? Puede que a veces no comprendamos del todo por qué toma la organización algunas iniciativas. Por ejemplo, en el pasado quizá cuestionamos el uso de los dispositivos electrónicos en el estudio personal, el ministerio y las reuniones. Pero es probable que ahora veamos los beneficios de usarlos, si las circunstancias nos lo permiten. Por tanto, aun cuando al principio tengamos dudas, debemos seguir las instrucciones de la organización de Dios. Cuando vemos los buenos resultados de los cambios, nuestra fe y unidad se hacen más fuertes. w18.10 23 párrs. 8, 9.
CÓMO DIRIGIÓ CRISTO A LOS PRIMEROS CRISTIANOS
¿Quién estaba detrás de la importante reunión que tuvo el cuerpo gobernante en Jerusalén?
Unos trece años después de que se hiciera cristiano un gentil incircunciso llamado Cornelio, algunos cristianos judíos seguían defendiendo la circuncisión (Hech. 15:1, 2). Cuando se produjo un desacuerdo por este tema en Antioquía, se le pidió a Pablo ir a Jerusalén para plantearlo al cuerpo gobernante. Pero ¿quién estaba detrás de todo ello? Pablo dijo que había ido “como resultado de una revelación”. Es obvio que Cristo se encargó de que el cuerpo gobernante resolviera la disputa (Gál. 2:1-3).
¿Qué seguían pensando sobre la circuncisión muchos cristianos judíos? y ¿Cómo se puso a prueba el apoyo de Pablo a los ancianos de Jerusalén?.
Bajo la guía de Cristo, el cuerpo gobernante dejó claro que los cristianos de origen no judío no estaban obligados a circuncidarse (Hech. 15:19, 20). Pero años después muchos cristianos judíos seguían circuncidando a sus hijos. Entonces, cuando los ancianos de Jerusalén oyeron que se decía que Pablo no obedecía la Ley mosaica, le mandaron hacer algo inesperado (Hech. 21:20-26).* Debía llevar al templo a cuatro hombres para que se limpiaran ceremonialmente y la gente viera que él seguía “guardando la Ley”. Pablo pudo haber respondido que aquello no era prudente y que el verdadero problema era de los cristianos judíos, que no entendían bien el tema de la circuncisión. Pero no lo hizo, sino que apoyó el deseo de los ancianos de fomentar la unidad de los cristianos y obedeció humildemente. Ahora bien, quizá preguntemos: “Si la muerte de Jesús abolió la Ley, ¿por qué permitió él que este asunto siguiera sin resolverse durante tanto tiempo?” (Col. 2:13, 14).
¿Cuál fue quizás el motivo por el que Cristo dejó pasar tiempo hasta resolver el tema de la circuncisión?
A algunos les lleva tiempo adaptarse a la nueva explicación de una creencia. Los cristianos judíos necesitaron bastante tiempo para cambiar su manera de ver la circuncisión (Juan 16:12). Para algunos era difícil aceptar que esta ya no era una señal de su relación especial con Dios (Gén. 17:9-12). Otros temían que los persiguieran en sus comunidades por ser diferentes (Gál. 6:12). Pero con el tiempo Cristo dio más guía mediante las cartas inspiradas de Pablo (Rom. 2:28, 29; Gál. 3:23-25).
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