TEXTO DIARIO, De hoy Martes 19 de enero del 2021.
Examinemos las Escrituras todos los días 2021
Miércoles 20 de enero 2021
Mi paz les doy (Juan 14:27).
El último día de su vida como ser humano, Jesús estaba sometido a una enorme tensión. Para empezar, sabía que faltaba poco para que sus crueles enemigos lo torturaran hasta la muerte. Pero había algo más que lo preocupaba. Deseaba agradar a su Padre porque lo amaba muchísimo. Y sabía que, si era fiel durante aquellos momentos tan difíciles, contribuiría a vindicar o defender el nombre de Dios. Además, amaba a las personas y entendía que nuestras posibilidades de vivir para siempre dependían de que él fuera fiel hasta la muerte. Pese a toda aquella gran presión, Jesús conservó la paz. Tenía “la paz de Dios”, es decir, la calma que siente quien disfruta de una valiosa relación con Jehová. Esa era la sensación de tranquilidad que Jesús tenía en su mente y corazón (Filip. 4:6, 7). Ninguno de nosotros va a tener que aguantar la presión que soportó Jesús. Pero todos sus seguidores pasaremos por dificultades (Mat. 16:24, 25; Juan 15:20). Y seguro que, como él, en ocasiones estaremos sometidos a tensión. w19.04 8 párrs. 1-3.
JESÚS ORÓ CONSTANTEMENTE
Teniendo en cuenta 1 Tesalonicenses 5:17, dé algunos ejemplos que demuestren que Jesús oró muchas veces durante su último día en la Tierra.
(Lea 1 Tesalonicenses 5:17). Durante su último día, Jesús oró muchas veces. Cuando enseñó a sus discípulos a conmemorar su muerte, hizo una oración antes de pasarles el pan y otra antes de pasarles el vino (1 Cor. 11:23-25). También hizo una oración con ellos antes de irse del lugar donde habían celebrado la Pascua (Juan 17:1-26). Cuando llegaron al monte de los Olivos, oró en repetidas ocasiones (Mat. 26:36-39, 42, 44). Y hasta sus últimas palabras antes de morir fueron una oración a su Padre (Luc. 23:46). Como vemos, Jesús se valió de las oraciones para incluir a Jehová en todos los importantes sucesos de aquel día histórico.
¿Por qué les faltó valor a los apóstoles?
Un motivo por el que Jesús aguantó es que no dejó de orar para pedirle ayuda a su Padre. En cambio, los apóstoles no hicieron lo mismo aquella noche y les faltó valor cuando llegó la hora de su prueba (Mat. 26:40, 41, 43, 45, 56). ¿Qué aprendemos? Que solo seremos fieles si oramos constantemente, igual que hizo Jesús. Ahora bien, ¿qué debemos pedir?
¿Por qué nos ayudará la fe a conservar la paz?
Podemos pedirle a Jehová que nos conceda más fe (Luc. 17:5; Juan 14:1). La necesitamos porque Satanás someterá a prueba a todos los seguidores de Jesús (Luc. 22:31). La fe nos ayudará a conservar la paz incluso si nos enfrentamos a un problema tras otro. ¿Por qué? Porque, una vez que hayamos hecho todo lo que esté en nuestras manos, nos motivará a dejarle el asunto a Jehová. La confianza en que él lo puede manejar mucho mejor que nosotros hará que nuestra mente y corazón permanezcan en paz (1 Ped. 5:6, 7).
¿Qué aprendemos de lo que cuenta Robert?
La oración nos ayuda a conservar la paz interior nos pase lo que nos pase. Veamos el caso de Robert, un anciano fiel que tiene más de 80 años. Él explica cómo logra mantener la paz: “A lo largo de mi vida, el consejo de Filipenses 4:6, 7 me ha permitido hacer frente a muchas dificultades. He tenido problemas económicos, y hubo una época en la que dejé de ser anciano”. Y añade: “Le oro a Dios en cuanto empiezo a sentir inquietud. Creo que, mientras más frecuentes e intensas son mis oraciones, mayor es la paz que tengo”.
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