TEXTO DIARIO, De hoy Viernes 11 de diciembre del 2020.
Examinando las Escrituras diariamente 2020
Viernes 11 de diciembre del 2020
En mi puesto de guardia ciertamente seguiré de pie (Hab. 2:1).
La conversación que Habacuc mantuvo con Jehová le dio paz interior. Así que se decidió a seguir esperando con confianza a que Jehová actuara. Esta no fue una reacción emocional, pues más adelante volvió a decir que esperaría “calladamente el día de la angustia” (Hab. 3:16). ¿Qué aprendemos de la actitud de Habacuc? Primero, que no debemos dejar de orar a Jehová, no importa cuáles sean las dificultades. Segundo, que tenemos que escuchar lo que él nos dice mediante su Palabra y su organización. Y, tercero, que debemos esperar con paciencia a que actúe, con plena confianza en que aliviará nuestro sufrimiento a su debido tiempo. Si hacemos todo esto, como Habacuc, también tendremos paz interior, que nos ayudará a aguantar. La esperanza fortalecerá nuestra paciencia, y esta a su vez nos ayudará a estar contentos pese a los problemas. La esperanza nos ayuda a confiar en que nuestro Padre celestial actuará (Rom. 12:12). w18.11 15, 16 párrs. 11, 12.
JEHOVÁ LES DARÁ VIDA A LOS QUE CONFÍAN EN ÉL
¿Qué importantes promesas hallamos en el libro de Habacuc? y ¿Qué aprendemos de estas promesas?
Dios ha prometido que el justo vivirá “por su fidelidad” y que “la tierra se llenará de conocer la gloria de Jehová” (Hab. 2:4, 14). Así es, Dios recompensará con vida eterna a los que sean pacientes y confíen en él.
A primera vista, parecería que la promesa de Habacuc 2:4 es solo una declaración de carácter general. Sin embargo, para el apóstol Pablo era tan importante que citó este versículo en tres ocasiones (Rom. 1:17; Gál. 3:11; Heb. 10:38). Si tenemos fe y confianza en Dios, viviremos para ver el cumplimiento de sus promesas, sean cuales sean las dificultades por las que pasemos. Jehová nos dice que nos concentremos en la esperanza que tenemos para el futuro, no en los sufrimientos presentes.
¿Qué garantía nos da el libro de Habacuc?
El libro de Habacuc nos da una clara lección a todos los que vivimos en los últimos días. Jehová promete darles vida a las personas justas que confíen en él. Por lo tanto, sigamos fortaleciendo nuestra fe y confianza en Dios, sin importar los problemas y preocupaciones que tengamos. Jehová nos asegura mediante Habacuc que estará de nuestro lado y nos liberará. Nos pide con bondad que confiemos en él y esperemos con paciencia a que llegue el momento que él ha fijado para que su Reino gobierne toda la Tierra. Entonces, nuestro entero planeta estará lleno de personas felices y pacíficas que lo adorarán a él (Mat. 5:5; Heb. 10:36-39).
CONFIEMOS EN JEHOVÁ CON GOZO
¿Qué efecto tuvieron las palabras de Jehová en Habacuc?
(Lea Habacuc 3:16-19). Las palabras de Jehová tuvieron un profundo efecto en Habacuc. Él meditó en las asombrosas acciones de Dios a favor de su pueblo en el pasado, y eso lo ayudó a tener más confianza. Aunque sabía que seguiría sufriendo durante un tiempo, estaba seguro de que Jehová intervendría pronto. ¡Cuánto lo consoló esto! Sus sinceras dudas iniciales dejaron lugar a una confianza firme en el poder salvador de Jehová. Llegó a escribir una de las expresiones de confianza más memorables que encontramos en la Biblia. Algunos expertos piensan que las palabras del versículo 18 significan que Habacuc saltaría y daría vueltas de alegría por causa de su Dios. ¿Verdad que su ejemplo nos enseña una lección extraordinaria? Jehová no se ha limitado a hacer promesas maravillosas, sino que nos garantiza que está haciendo todo lo necesario para cumplirlas.
¿Qué debemos hacer para recibir el mismo consuelo que Habacuc?
Sin duda, el mensaje del libro de Habacuc es de suma importancia: tenemos que confiar en Jehová (Hab. 2:4). ¿Qué nos ayudará a no perder esa confianza? Fortalecer nuestra amistad con él. Para ello tenemos que hacer tres cosas. Primero, orar constantemente a Dios y contarle todo lo que nos preocupa. Segundo, prestar mucha atención a su Palabra y a la guía que nos da mediante su organización. Y, tercero, esperar con fe y paciencia a que él actúe. Eso es lo que hizo Habacuc. Aunque comenzó su libro lleno de dolor, lo concluyó expresando gozo y confianza en Dios. Sigamos su animador ejemplo y así también sentiremos el abrazo paternal de Jehová. Es el mejor consuelo que podemos recibir en este mundo tenebroso.
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