Examinando las Escrituras diariamente 2020
Miércoles 26 de agosto del 2020
La esposa no debe irse de su esposo (1 Cor. 7:10).
¿Está justificada la separación si hay problemas en el matrimonio? La Biblia no indica los motivos para la separación. Pablo escribió: “La mujer que tiene esposo incrédulo, y sin embargo él está de acuerdo en morar con ella, no deje a su esposo” (1 Cor. 7:12, 13). Este principio sigue vigente hoy. Hay que reconocer que en algunos casos el “esposo incrédulo” ha parecido demostrar que no “está de acuerdo en morar con ella”. Quizás sometía a su esposa a maltrato físico muy grave, incluso hasta el punto de que ella pensaba que estaba en peligro su salud o incluso su vida. Tal vez se negaba a mantener a su esposa y al resto de la familia o ponía en grave peligro la espiritualidad de su esposa. En tales casos, algunas cristianas han llegado a la conclusión de que, diga lo que diga su esposo, no “está de acuerdo” en seguir juntos y de que es necesario separarse. Pero otras cristianas en una situación similar no han llegado a la misma conclusión. Han aguantado y han intentado que la situación mejore. w18.12 13 párr. 14; 14 párrs. 16, 17.
¿Qué otro motivo dio el Apóstol Pablo para que los matrimonios sigan juntos?
Una razón es que la pareja que se separa sigue estando casada y se enfrentará a los problemas que mencionamos antes. Y el apóstol Pablo dio otro motivo para seguir juntos. Escribió: “El esposo incrédulo es santificado con relación a su esposa, y la esposa incrédula es santificada con relación al hermano; de otra manera, sus hijos verdaderamente serían inmundos, pero ahora son santos” (1 Cor. 7:14). Muchos cristianos leales que han decidido seguir al lado de un cónyuge no Testigo en circunstancias muy difíciles se alegraron de haber hecho ese sacrificio en especial porque su cónyuge llegó a servir a Jehová (lea 1 Corintios 7:16; 1 Ped. 3:1, 2).
¿Por qué hay muchos buenos matrimonios en las congregaciones?
Jesús habló sobre el divorcio y el apóstol Pablo dio consejos inspirados por Dios sobre la separación. Ambos querían que los siervos de Jehová honraran el matrimonio. Hoy, en las congregaciones de todo el mundo hay muchos buenos matrimonios. Es probable que en la nuestra haya muchas parejas felices, en las que el esposo es leal y ama a su esposa y ella ama y respeta a su marido. Todos ellos son una prueba de que se puede honrar y respetar el matrimonio. Nos alegramos de que millones de esposos y esposas demuestren que son ciertas estas palabras de Dios: “Por esta razón el hombre dejará a su padre y a su madre y se adherirá a su esposa, y los dos llegarán a ser una sola carne” (Efes. 5:31, 33).
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