Examinando las Escrituras diariamente 2020
Martes 25 de agosto del 2020
Cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará (Gál. 6:7).
El precio que hay que pagar por ponerse del lado de Satanás siempre supera a cualquier supuesto beneficio (Job 21:7-17; Gál. 6:8). ¿En qué nos beneficia conocer cuánta influencia tiene Satanás? Por un lado, nos permite comprender que Jehová desea que respetemos a las autoridades y gobiernos (1 Ped. 2:17). Espera que obedezcamos sus leyes siempre y cuando no contradigan las normas divinas (Rom. 13:1-4). Pero también sabemos que debemos ser neutrales y no apoyar a ningún partido o líder político (Juan 17:15, 16; 18:36). Por otro lado, conocer la influencia de Satanás nos motiva a predicar. Como vemos lo que trata de hacer con el nombre y la reputación de Jehová, sentimos un mayor deseo de enseñarles a las personas la verdad sobre nuestro Dios. Usamos su nombre y lo llevamos con orgullo. Sabemos que amar a Dios nos reporta muchos más beneficios que amar el dinero y las posesiones (Is. 43:10; 1 Tim. 6:6-10). w18.05 24 párrs. 8, 9.
¿Cómo usó tal vez Satanás un señuelo para entrampar a muchos ángeles? y ¿Qué podemos aprender de lo que les pasó a aquellos ángeles?
Para lograr que la gente haga lo que él quiere, Satanás emplea métodos que le dan buenos resultados. Como veremos, unas veces utiliza señuelos y otras veces se vale de presiones directas. En primer lugar, analicemos cómo usó Satanás un señuelo para entrampar a muchos ángeles. Seguro que pasó mucho tiempo estudiándolos para ver cómo atraerlos y lograr que se pusieran de su parte. Por lo menos algunos de ellos mordieron el anzuelo y tuvieron relaciones sexuales inmorales con las mujeres. Sus hijos fueron una raza híbrida de gigantes violentos y crueles (Gén. 6:1-4). Es posible que Satanás no solo usara como señuelo la inmoralidad, sino también la promesa de dominar a la humanidad. Puede que su intención fuera impedir que llegara la “descendencia” de la “mujer” que Dios había prometido (Gén. 3:15). Pero Jehová trajo el Diluvio y así frustró los planes que tenían Satanás y los demonios.
¿Qué podemos aprender?
Que no debemos subestimar el peligro de la inmoralidad y el egocentrismo. Los ángeles que se unieron a Satanás habían servido en la presencia de Jehová durante muchísimos años. Pero, incluso en ese entorno tan saludable, muchos ángeles permitieron que los malos deseos echaran raíces y crecieran en su interior. De manera parecida, puede que nosotros hayamos servido durante décadas en la parte terrestre de la organización de Dios. Pero, incluso en este entorno tan saludable, los malos deseos pueden echar raíces en nuestro interior (1 Cor. 10:12). Es muy importante que siempre analicemos nuestro corazón y que rechacemos la arrogancia y los malos pensamientos (Gál. 5:26; lea Colosenses 3:5).
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