Examinando las Escrituras diariamente 2020
Sábado 18 de julio del 2020
Somos colaboradores de Dios (1 Cor. 3:9).
Los desastres ofrecen a los siervos de Dios la oportunidad de trabajar con él ayudando a los hermanos de maneras prácticas. Por ejemplo, pueden donar dinero para los afectados (Juan 13:34, 35; Hech. 11:27-30). También pueden participar en las labores de limpieza y reconstrucción. Una hermana de Polonia llamada Gabriela se quedó prácticamente sin casa por una inundación. Pero se sintió muy aliviada cuando fueron a ayudarla hermanos de congregaciones cercanas. Ella cuenta: “No quiero hablar de lo que perdí, pues al fin y al cabo son solo cosas materiales. Prefiero hablar de lo mucho que gané. Lo que viví me confirmó que formar parte de la congregación cristiana es un honor incomparable y una fuente de felicidad”. Muchos hermanos que han recibido ayuda después de un desastre dicen que la experiencia los ha enriquecido. Y quienes colaboran con Jehová dando esa ayuda se sienten muy satisfechos (Hech. 20:35; 2 Cor. 9:6, 7). w18.08 26 párr. 12
¿Cómo fortalece nuestro amor a Jehová el que nos ofrezcamos voluntarios? Dé un ejemplo.
13 Una hermana llamada Stephanie y otros publicadores tuvieron la alegría de trabajar con Dios ayudando a Testigos que habían huido de sus países por la guerra y se habían refugiado en Estados Unidos. Colaboraron buscando y acondicionando casas para estos hermanos. Ella cuenta: “Nos conmovió la alegría y el agradecimiento que sintieron al ver el amor de la hermandad mundial. Ellos piensan que los hemos ayudado nosotros, pero en realidad ellos han hecho por nosotros muchísimo más. El amor, la unidad, la fe y la confianza en Jehová que hemos presenciado han fortalecido nuestro amor a Dios. Y esto nos ha hecho valorar mucho más todo lo que nos da mediante su organización”.
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