Examinando las Escrituras diariamente 2020
Jueves 24 de septiembre del 2020
Odien lo que es malo (Amós 5:15).
Seguramente todos evitamos las cosas que Dios odia. Sin embargo, hay situaciones sobre las que la Biblia no dice nada específico. En esos casos, ¿cómo sabemos lo que Jehová quiere que hagamos? Si tenemos una conciencia bien educada por la Biblia, tomaremos una buena decisión. Jehová nos quiere, y por eso nos ha dado principios que guían la conciencia. Él mismo dice: “Yo, Jehová, soy tu Dios, Aquel que te enseña para que te beneficies a ti mismo, Aquel que te hace pisar en el camino en que debes andar” (Is. 48:17, 18). Cuando reflexionamos en los principios bíblicos y dejamos que nos lleguen al corazón, estamos moldeando, corrigiendo y ajustando nuestra conciencia. A su vez, esto nos permite tomar decisiones correctas. Un principio es una verdad o idea fundamental que guía nuestra forma de pensar o actuar. Entender los principios bíblicos nos permite comprender cómo piensa Jehová y por qué dictó ciertas leyes. w18.06 3:5, 8-10.
¿Qué diferencias hay entre las conciencias?
¿Se supone que todos tomemos siempre las mismas decisiones? No. Puede que dos cristianos con conciencias educadas por la Biblia tomen decisiones contrarias en algunos asuntos. Pongamos como ejemplo el consumo de bebidas alcohólicas. La Biblia prohíbe la borrachera y beber en exceso, pero no el consumo moderado de alcohol (Prov. 20:1; 1 Tim. 3:8). Ahora bien, a la hora de decidir si beberemos o no, ¿es la moderación el único factor que debemos tomar en cuenta? No, en absoluto. Además de estar en paz con nuestra conciencia, debemos tener en cuenta lo que les dice a otros hermanos su conciencia.
¿Qué efecto debe tener en nosotros lo que dice Romanos 14:21?
12 Pablo enseñó que los cristianos debemos tener presente la conciencia de los demás. Dijo: “Es bueno no comer carne, ni beber vino, ni hacer cosa alguna por la cual tu hermano tropiece” (Rom. 14:21). Si un hermano no bebe por motivos de conciencia, ¿verdad que renunciaríamos de buena gana a nuestro derecho a beber alcohol para no hacerlo tropezar? Claro que sí. Hay hermanos que bebían demasiado antes de ser Testigos, pero ahora están resueltos a no tomar nada de alcohol. Es obvio que no deseamos contribuir a que recaigan y sufran graves consecuencias (1 Cor. 6:9, 10). Por lo tanto, si le ofrecemos una copa a un hermano y la rechaza, no le mostraríamos amor si insistiéramos en que bebiera.
¿Qué hizo Timoteo para ayudar a otras personas a aceptar las buenas nuevas?
Veamos el ejemplo de Timoteo. Cuando tenía unos 20 años, estuvo dispuesto a circuncidarse, que era una operación dolorosa, para no hacer tropezar a los judíos a los que iba a predicar. Así imitó la actitud del apóstol Pablo (Hech. 16:3; 1 Cor. 9:19-23). ¿Y nosotros? ¿Estamos también dispuestos a sacrificarnos por el bien de los demás?
me gustan los testigo pero no se que me pasa