Examinando las Escrituras diariamente 2020
Viernes 25 de septiembre del 2020
¿Es lícito pagar la capitación a César, o no? (Mat. 22:17).
La trampa de los partidarios de Herodes era la siguiente: si Jesús criticaba el impuesto, podría ser acusado de rebelión contra el Imperio, pero, si decía que había que pagarlo, sus seguidores tal vez lo abandonarían. A fin de mantenerse neutral, Jesús tuvo mucho cuidado con su respuesta. Claro, sabía que muchos recaudadores eran corruptos. Pero no quería que estas cosas lo distrajeran de la cuestión más importante: que la verdadera solución para los problemas de la humanidad es el Reino de Dios. Así puso un modelo que todos debemos seguir. Aunque una causa parezca muy noble, nunca debemos meternos en temas políticos. En lugar de formarnos opiniones muy categóricas sobre las injusticias o hablar en contra de ellas, los cristianos buscamos el Reino y la justicia de Dios (Mat. 6:33). Muchos testigos de Jehová han logrado dejar atrás las ideas políticas que tenían arraigadas. w18.06 6 párrs. 9-11.
¿Cómo trataron de conseguir los enemigos de Jesús que él tomara partido en una cuestión política? y ¿Qué aprendemos de la reacción de Jesús?
Los enemigos de Jesús trataron de conseguir que él tomara partido en una cuestión relacionada con los impuestos. Para entramparlo, le preguntaron por “la capitación”, un impuesto de un denario que debían pagar todos los habitantes del Imperio romano (lea Mateo 22:16-18). Este era uno de los tributos que más molestaba a los judíos, porque representaba que estaban sometidos a Roma. La trampa de los “partidarios de Herodes” era la siguiente: si Jesús criticaba el impuesto, podría ser acusado de rebelión contra el Imperio, pero, si decía que había que pagarlo, sus seguidores tal vez lo abandonarían.
A fin de mantenerse neutral, Jesús tuvo mucho cuidado con su respuesta. Dijo: “Paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios” (Mat. 22:21). Claro, sabía que muchos recaudadores eran corruptos. Pero no quería que estas cosas lo distrajeran de la cuestión más importante: que la verdadera solución para los problemas de la humanidad es el Reino de Dios. Así puso un modelo que todos debemos seguir. Aunque una causa parezca muy noble, nunca debemos meternos en temas políticos. En lugar de formarnos opiniones muy categóricas sobre las injusticias o hablar en contra de ellas, los cristianos buscamos el Reino y la justicia de Dios (Mat. 6:33).
¿Cuál es la mejor manera de luchar contra las injusticias?
Muchos testigos de Jehová han logrado dejar atrás las ideas políticas que tenían arraigadas. Una hermana de Gran Bretaña cuenta: “Después de estudiar Sociología en la universidad, mis ideas se volvieron radicales. Quería defender los derechos de los negros, pues habíamos sufrido muchísimas injusticias. Casi siempre ganaba las discusiones, pero acababa frustrada. No me daba cuenta de que las causas de las injusticias raciales están en el corazón de la gente, y de allí hay que desarraigarlas. Pero, cuando comencé a estudiar la Biblia, comprendí que tenía que empezar arrancándolas de mi propio corazón. Y fue una hermana blanca muy paciente quien me ayudó a lograrlo. En la actualidad, soy precursora regular en una congregación de lenguaje de señas. Estoy aprendiendo a llegar a todo tipo de personas”.
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