Examinando las Escrituras diariamente 2020

Martes 22 de septiembre del 2020

Jehová conoce a los que le pertenecen (2 Tim. 2:19).

¿Cómo podemos fortalecer nuestro deseo de buscar el reconocimiento de Jehová y no el del mundo? Es necesario que recordemos dos factores importantes. Primero, que Jehová siempre les da reconocimiento a sus siervos fieles (Heb. 6:10; 11:6). Él los valora de corazón a todos y cada uno de ellos y considera que sería una injusticia ignorarlos. Jehová está al tanto del “camino de los justos” y sabe cómo librarlos de las pruebas de fe (Sal. 1:6; 2 Ped. 2:9). Segundo, que Jehová puede mostrarnos reconocimiento de maneras que nunca nos imaginamos. Él no recompensará a quienes hacen buenas obras solo para que otros los vean. ¿Por qué no? Porque Jesús dijo que ese reconocimiento es su recompensa (Mat. 6:1-5). Pero también dijo que su Padre “mira en secreto” a los que no reciben el reconocimiento que merecen por el bien que le hacen al prójimo. w18.07 9 párrs. 8, 10.

Mencione algunas ocasiones en las que Jehová le mostró su aprobación a su pueblo.

A veces, Jehová le ha mostrado su aprobación a su pueblo de maneras extraordinarias (2 Crón. 20:20, 29). Pensemos por ejemplo en cómo Jehová salvó a los israelitas en el mar Rojo cuando los perseguía el poderoso ejército del faraón (Éx. 14:21-30; Sal. 106:9-11). Aquel suceso fue tan espectacular que la gente de aquella parte del mundo seguía hablando de él cuarenta años después (Jos. 2:9-11). Nos anima mucho recordar cómo Jehová demostró su amor y su poder en el pasado, sobre todo ahora que estamos tan cerca del predicho ataque de Gog de Magog (Ezeq. 38:8-12). Cuando llegue ese momento, estaremos especialmente agradecidos de haber buscado el reconocimiento de Jehová y no el del mundo.

¿Cuál es el segundo factor que debemos recordar?

El segundo factor que debemos recordar es que Jehová puede mostrarnos reconocimiento de maneras que nunca nos imaginamos. Él no recompensará a quienes hacen buenas obras solo para que otros los vean. ¿Por qué no? Porque Jesús dijo que el reconocimiento que les dan los demás es su recompensa (lea Mateo 6:1-5). Pero también dijo que su Padre “mira en secreto” a los que no reciben el reconocimiento que merecen por el bien que le hacen al prójimo. Dios se fija en sus actos y los recompensa por ellos, a veces de maneras inesperadas.

¿Qué reconocimiento recibió Jesús cuando nació y cuando fue llevado al templo?

Una vez que Jesús nació, Jehová no les reveló su nacimiento a los importantes funcionarios o gobernantes de Jerusalén y Belén. Más bien, envió a unos ángeles para que se lo comunicaran a unos humildes pastores que cuidaban de sus ovejas a las afueras de Belén (Luc. 2:8-14). Los pastores visitaron al recién nacido (Luc. 2:15-17). Seguro que a María y a José les agradó mucho ver que Jesús recibía ese tipo de honra. Pensemos en la gran diferencia que hay entre cómo actúa Jehová y cómo actúa el Diablo. Cuando este envió a unos astrólogos para que visitaran a Jesús y a sus padres, las noticias del nacimiento causaron una gran conmoción en todo Jerusalén (Mat. 2:3). El que toda la gente de la ciudad se enterara del nacimiento de Jesús terminó resultando en la muerte de muchos niños inocentes (Mat. 2:16).

Cuarenta días después de que Jesús nació, María debía presentarle una ofrenda a Jehová en el templo de Jerusalén, que estaba a unos nueve kilómetros (seis millas) de Belén (Luc. 2:22-24). Durante el viaje con José y Jesús, puede que María se preguntara si el sacerdote honraría de algún modo especial a Jesús por lo que haría en el futuro. Lo cierto es que Jesús recibió reconocimiento, pero no como María quizás esperaba. Jehová usó a un hombre “justo y reverente” llamado Simeón y a una profetisa viuda de 84 años llamada Ana para anunciar que Jesús sería el Cristo, el Mesías prometido (Luc. 2:25-38).

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Por toolsjw

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